En
realidad es difícil saber el momento exacto en el que uno empieza a aficionarse
a algo.
Nuestra
Cuentista no sabría decir cuándo o qué la llevó a tomarse la cocina como algo
más que una obligación diaria. Pero muchísimas veces ha pensando que se animó a
hacerlo por un comentario que hizo su cuñada Sonia una noche, hace muchos años y
que recuerda muy a menudo:
“Aliña
tú la ensalada porque siempre las dejas perfectas, tienes muy buena mano con
ellas”
Me
encantan las ensaladas y menos mal… porque he pasado la mitad de mi existencia
a dieta. Me encanta comer y me encanta picotear con una cerveza fresca. Y eso tiene sus
consecuencias.
Mis
ensaladas son épicas, me encanta desde la mixta hasta la gourmet más gourmet y
tengo una colección de aliños tremenda en uno de los cajones de mi cabeza.
Todo
ello nos lleva a la entrada de hoy.
No
traigo una receta “receta”. Hoy traigo un juego de aliños por
varios motivos…
- Se
acerca el verano y apetecen comidas más frescas y ligeras.
- Creo
que hay que tener siempre aceites enriquecidos y especiados en la cocina
para añadir a pizzas, verduras, pescados…
- Hoy
es el cumpleaños de Marian.
Tal
vez os puede parecer que el que sea el cumpleaños de Marian no es un motivo de
peso para hablar de aliños, pero estáis equivocados. Uno de los aliños que más
veces repito me lo enseñó ella.
Todo
lo que Marian ha cocinado para mí ha
estado riquísimo, además baila salsa, es graciosa, tiene buena mano para peinar y
maquillar… pero cocinar, lo que se dice cocinar… no está dentro de las cosas que
disfruta.
Si
alguien me preguntara cuál es el plato que prefiere Marian, supongo que diría
que un buen tomate de la huerta de su padre cortado por la mitad con sal. Lo
que viene siendo un plato de cocina molecular.
Por
eso aunque buscara debajo de las piedras no podría encontrar recetas de ella, así que he decidido preparar los aliños en su honor y el que ella me enseñó está ahí. Me encanta dar vueltas a las recetas, dentro de poco os voy a preparar una deliciosa ensalada (repija ella) con la base del aliño de Marian.
Puedo
garantizaros que si los hacéis, vuestros platos van a cambiar para mejor, son
aliños muy sencillos, duran mucho tiempo preparados y enriquecen el sabor de la
comida. Es divertido prepararlos y muy práctico tenerlos listos para usar, sin tener que hacer todo en el último momento. Para la
Ratatouille utilicé uno de ellos y los que ya la han probado
han dicho todos lo mismo:
“Huele
de maravilla y está riquísima”
No os quiero decir nada sobre cómo quedan algunos de ellos si preparamos la focaccia y la mojamos recién horneada en alguno de ellos.
Aliño de Marian: Delicioso con una ensalada que lleve queso de cabra y bacon.
3 partes de aceite de oliva virgen.
1 parte de vinagre de Módena.
2 partes de miel.
Una pizca de sal.
Manos a la obra:
Echar todo en un bote con tapa de rosca y agitar para que se mezcle bien y la miel se aligere.
Aliño para todo un poco: Es el que utilicé en la Ratatouille.
3 partes de aceite.
1 parte de vinagre de manzana.
1 cucharada de reducción de vinagre de Jerez.
1 diente de ajo.
Pimienta negra molida.
Orégano.
Sal.
Manos a la obra:
Machacar el ajo en un mortero hasta dejarlo hecho puré.
Echar todos los ingredientes en un bote con tapa de rosca y agitar cada vez que lo queráis utilizar para emulsionarlo.
Aliño de limón: Un aliño espectacular para los pescados al horno, a la plancha o en papillote.
125 ml. de aceite.
3 cucharadas soperas de zumo de limón.
3 cucharadas de vinagre de vino tinto.
2 dientes de ajo.
1 cucharadita de orégano.
1/2 cucharadita de azúcar.
Unas bolitas de pimienta negra (al gusto).
Manos a la obra:
Machacar los ajos en el mortero.
Echar todos los ingredientes en un bote con tapa de rosca y agitar.
Aceite de tomillo: En la Toscana te lo sirven con pan para mojar, así lo conocí yo. Para asar una carne es estupendo.
Aceite
Tomillo seco en rama. (En herbolarios lo encontraréis en rama)
Manos a la obra:
Echar aceite en un bote o botella y meter dentro unas ramas de tomillo. Dejarlo macerar un par de días antes de consumirlo.
Aceite "picantón": La pizza está buenísma si echamos un poquito.
Aceite.
3 ó 4 cayenas.
1 diente de ajo (opcional).
1/2 cucharadita de pimentón (yo uso picante porque me gusta el infierno)
1/2 cucharadita de pimentón (yo uso picante porque me gusta el infierno)
Manos a la obra:
Echar aceite en un bote o botella y meter dentro las cayenas, el pimentón y el diente de ajo. Dejarlo macerar un par de días antes de consumirlo.
Si nos gusta el sabor del ajo, se puede machacar antes de echarlo y aromatiza muchísimo más.
Moraleja: Me quedo "pasmá" con algunas cosas. El día después de preparar esta entrada me compré una revista (de cocina, ofcors) y uno de los artículos es de unas botellitas con aceites aromatizados para aliños. Es de una empresa alicantina y sale el litro de aceite a más de 50€. Os quiero a todos preparando aliños en casa.
Y colorín, colorado... esta receta se ha acabado.
Y colorín, colorado... esta receta se ha acabado.