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Érase una vez... Cochinita pibil.


Érase una vez una Cuentista que estaba en deuda con un hada.

Cuando nuestro Reino fue creado, la Cuentista recibió un buen día la visita de un personaje que vivía en un Reino vecino en el que se manejaban la Ciencia y los experimentos, su nombre era Seoane y con su magia se transformó en hada.

En una de las visitas, la Cuentista le pidió una receta para poder escribir un cuento para ella. El hada contestó que no sabía si iba a poder ofrecer una, por lo visto no era una gran amante de la cocina y reconocía que muchas veces preparaba cualquier cosa para cenar o tiraba de “burritos mejicanos”.

Así empezó todo...

Nuestra pequeña cuentista decidió aprender a preparar auténticos “burritos” para poder escribir un cuento a Seoane y, como es más terca que una mula de tiro, se metió de lleno en el maravilloso mundo de la comida mexicana.

Ni corta ni perezosa, quiso aprender a hacer las tortillas (dentro de poco os las prepararé) y buscó las verdaderas recetas que se comen allí. Y así encontró la receta de “La cochinita pibil”.
Por estas casualidades que siempre se dan en nuestro Reino… se enteró de que justo "esa" era la receta que solía pedir Seoane.

Lo primero que aprendió fue a llamarlos por su nombre: “tacos” y aunque no sabe si habrá conseguido algo merecedor de ese nombre… por lo menos lo ha intentado y ha estudiado mucho. Ha sido capaz de encontrar ingredientes de los que nunca había oído hablar y que no sabía el sabor que tenían.


Seoane… esto va por ti. 

Aunque desde hace un tiempo visitamos nuestros Reinos mutuamente, jamás nos hemos visto las caras. Espero que te guste, he preparado esta receta con muchísimo cariño y he dedicado horas a intentar conseguir algo que te acerque un poco a México, tierra en la que sé que tienes familia. 

Pide que sean benévolos conmigo y me critiquen con cariño... 


De la despensa:

1 kilo de aguja de cerdo. (en la receta original "cabeza de lomo de puerco")
500 ml. de zumo de naranja natural.
175 ml. de vinagre de vino.
50 gr. de achiote.
Una cabeza de ajos.
Dos cayenas (en la receta original ponía unos impensables, para el paladar europeo, 100 gr. de chiles guajillos)
Dos cucharadas de aceite vegetal.
Sal y pimienta al gusto.

La cochinita que he encontrado se acompaña de una salsa hecha con zumo de limón, cebolla morada y chiles habaneros.

Manos a la obra:
1. Cortar la carne en tacos de unos dos centímetros. Salpimentar al gusto.
2. Poner a fuego fuerte una olla, echar las dos cucharadas de aceite y cuando esté caliente sellar la carne y dejarla a fuego medio unos 15 minutos, removiendo para que se caramelice bien.
3. En un vaso de batidora echar el zumo de naranja, el vinagre, los dientes de ajo pelados, el achiote, la cayena (o los chiles guajillos) y sal. Batir todo y verter sobre la carne sellada.
4. Tapar la olla y cuando suba la válvula bajar a fuego medio. Cocinar 45 minutos. Apagar la olla una vez transcurrido el tiempo y dejar que se enfríe.
5. Deshebrar la carne y colocarla en una fuente, si ha quedado jugo echarlo por encima y prepararos para disfrutar de un plato delicioso.

Moraleja:
Comprendo que alguno de los ingredientes son difíciles de encontrar y por ese motivo sustituyo el chile guajillo por cayena (que me perdonen los mexicanos que lean el blog). 
El achiote es imprescindible e insustituible, tiene un maravilloso y característico sabor. En verano compré varias cajas y ya he repartido para mi hermano, para nuestro cocinero novato y para Silvia que me pilló en la primera prueba. Si alguien más se decide a prepararla... me comprometo a enviaros una cajita si me decís dónde debo enviarla... 
Me encanta esta receta, la preparo muchas veces desde que cayó en mis manos, me gusta tanto que me encantaría que probarais a hacerla. 


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