Érase
una vez una galleta súper gigante que buscaba un dueño…
Era
un dulce muy exigente y necesitaba a alguien especial. Desde siempre había
pensado que no servía cualquier persona, por lo que durante mucho tiempo buscó
y buscó y nada encontró.
Hasta
que un buen día, a finales de octubre, se encontró con una galleta de JackSkellinton. Por lo visto, a principios de noviembre muchas personas celebran
una fiesta que se llama Halloween y en las casas se preparan galletas
terroríficas, por lo que Jack había salido de paseo.
Hablando
con esa terrorífica galleta… se enteró de que existe un Reino de cuentos en el
que vive una Cuentista que, aunque no celebra Halloween, conoce muchos seres y
personajes mágicos. Por lo visto vive en un reino repleto de hadas, ogros y
elfos. La galleta Skellington le dijo:
-
¿Por
qué no te acercas a hablar con la
Cuentista ? Seguramente ella conozca algún personaje que sea
adecuado para tu tamaño…
Ni
corta ni perezosa y pensando que era una idea estupenda, se puso en contacto
con ella. La Cuentista
no tuvo que perder tiempo pensando en la persona adecuada, sabía quién era la
dueña perfecta para esa galleta súper gigante. María.
María
cumplía los requisitos necesarios porque era Súper y Gigante. Exactamente igual
que la galleta.
SÚPER amiga del hijo de la
Cuentista y GIGANTE de corazón.
Hoy
cumple siete maravillosos años, de los cuales cuatro nos ha permitido disfrutar
de su anarquía. María es una personita divertida, con una ideología muy
personal y una forma de ver la vida fuera de lo habitual, lleva el mundo por
montera.
Felicidades
María… ¡¡Gracias por acordarte y darme tu invitación para ir a jugar al Divertipark con vosotros!!
De
la despensa:
250
gr. de galletas tipo digestive.
175
gr. de mantequilla derretida.
2
cucharadas de cacao en polvo (opcional).
2 ó 3 cucharadas de arándanos deshidratados.
100 gr. de chocolate
negro, yo lo uso en perlas.
Leche
condensada. (cantidad al gusto)
Mermelada
de limón. (cantidad al gusto)
Manos
a la obra:
2.
Echar las dos cucharadas de cacao en la mantequilla derretida, mezclar y añadir
las galletas molidas integrando bien todo.
3.
Forrar la base de un molde redondo (lo ideal es que sea de base desmontable)
con papel de horno. Echar la mezcla de galletas y mantequilla. Aplastar bien
para compactar la masa con una cuchara o con las manos humedecidas.
4.
Trocear el chocolate “groseramente”. Echar los arándanos y los trocitos de
chocolate repartidos por la galleta.
5.
Con una cuchara coger leche condensada y dibujar líneas, zig zag... sobre la
galleta (desaparecen con el horneado)
6.
Colocar “pegotitos” del tamaño de una alubia con la mermelada de limón
repartidos por la galleta.
Dejar
enfriar y a disfrutar de una deliciosa galleta gigante que busca personas que
sepan ser súper amig@s y tengan un corazón gigante. ¿Eres tú uno de ellos?
Moraleja:
Es una receta tan sencilla que la pueden hacer los peques de la casa. La mezcla
de la dulce leche condensada, la ácidez del limón y el arándano, el amargor
del chocolate… Os encantará.
Podéis
trocear algún fruto seco y añadirlo antes de hornear y queda deliciosa, las
almendras quedan increíblemente buenas.
También
podéis romper la galleta en trozos grandes y desiguales… colocáis unas
cucharadas de yogur griego (o helado) y os sirve como un postre fácil y
resultón.