Creo que lo justo es que la primera receta sea ésta. Es mi madre. De mi madre. Para mi madre. Toledanos todos en la familia, el final de la palabra nos lo comemos porque somos así. TODO se convierte en TO. Aunque puede parecer una receta para estómagos resistentes por los ingredientes picantes... no lo es, al cocer todo en crudo se suaviza muchísimo. Es una receta de la posguerra, nada que ver con la cocina moderna actual, se trataba de calentar el cuerpo y consigue perfectamente su misión. Mi madre las prepara para ella y solo para ella, nadie más las come en casa. La primera vez que las cociné fue para poder ponerla en el blog y las seguiré preparando a partir de ahora, debe ser que con la edad me voy pareciendo cada día más a ella.... Como bien dice el nombre de la receta, todo va en crudo y todo va junto. He oído decir a mi madre unas 1500 millones de veces que comería esto todos los días de su vida y así lo hizo durante un tiempo. Con 8 años tenía una cacero...
Érase una vez... Una madre que siempre echaba la cantidad correcta de sal en la comida y contaba cuentos maravillosos a sus hijos por la noche. Al anochecer cuando el padre se iba a trabajar, acostaba a sus dos hijitos con ella, uno a cada lado mientras decía: “¿Queréis que os cuente un cuento de sal y pimiento?” Muchísimos años después me gustaría mezclar esos ingredientes y compartir con vosotros el gusto por la cocina y los cuentos de la vida.