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Érase una vez... Ratatouille


Érase una vez una Cuentista a la que le encantaban los carteles colgantes de las tiendas. Le resultan evocadores, imagina a los dueños ilusionados colgando en la fachada los inicios de un sueño.

Reservar.

Ya sabéis que la vida de nuestra Cuentista está llena de casualidades que luego os va relatando en sus cuentos. Pues la casualidad ha hecho que la receta de esta semana no pueda ser otra.

Muchas veces nuestra pequeña Cuentista tiene dudas sobre qué plato preparar y qué cuentos contar, pues esta semana no. Hace apenas unos días nuestra Cuentista fue a visitar el lejano reino en el que vive su hermano con su familia.

La primera mañana  la Cuentista dejó a su Minichef y a la Minicuentista jugando mientras preparaba la comida, de pronto agudizó el oído. Un raro silencio se oía en la casa y eso era algo muy inusual cuando se juntaban los dos primos. Se dirigió al salón y al entrar vio que se habían puesto una película de dibujos: “Ratatouille”. Y tuvo una idea. Al día siguiente iba a preparar para ellos esa receta. No sin antes averiguar que a la pequeña no le gustaban demasiado todas las verduras.

Encantados. Quedaron encantados…

Ese mismo día por la tarde decidieron hacer una excursión al centro de Madrid, su tío tenía pensado una sorpresa para ellos, pasito a pasito fue llevando a todos a una exposición de “Pixar” y cuando llegaron se encontraron con los personajes de muchas de sus películas de dibujos favoritas: Monstruos S.A, Toy Story, Cars y por supuesto se encontraron con Rémy, el protagonista de Ratatouille.

Cuando salieron de la exposición pasaron por la tienda de regalos y decidieron comprar un recuerdo para cada uno. El regalo de la Cuentista lo vais a poder ver todos, para ello necesita que volváis al inicio del cuento y cojáis el primer párrafo, el que os dije que reservarais.

Éste fue el regalo, una lámina.



Por la noche cuando la Cuentista preguntó que qué querían para comer al día siguiente, ambos pequeños contestaron al unísono: ¡¡RATATOUILLE!!

¿Se os ocurre otra receta para esta semana?

De la despensa:
(Para 4 personajes)



Hay que intentar que todas las verduras tengan más o menos el mismo diámetro para que quede una ratatouille preciosa y no nos lleve trabajo conseguirlo.
1 calabacín.
1 berenjena.
1 cebolleta.
1 pimiento rojo.
2 ó 3 tomates de rama.
Fiambre de pavo redondo. 
Lonchas de queso.
Aceite de oliva virgen.
Vinagre de módena.
Orégano.
1 diente de ajo.
Pimienta negra.
Sal.

Manos a la obra:
1. Cortar la berenjena en rodajas. Ponerlas sobre un paño, echar bastante sal por encima y dejarlas así un mínimo de media hora. De esta manera sudarán, perderán el amargor y se no se ablandarán con la cocción.
2. Aprovechamos la media hora para cortar todas las verduras y hortalizas en rodajas de unos 3 mm. 
3. Cortar el pavo de la misma manera, yo compro una tripa individual de pechuga de pavo de las redondas para que quede todo por igual.
4. Cortar las lonchas de queso en círculos, yo uso una taza pequeña y de cada loncha salen unas cuatro rodajas.
5. En un bote con tapa echar tres partes de aceite, una de vinagre (se puede quitar), sal, el diente de ajo machacado previamente en el mortero, pimienta molida y orégano al gusto. Agitar muy bien toda la mezclar.
6. Lavar la berenjena y secar un poco.
7. Ir colocando rodajas de cada uno de los ingredientes alternativamente. Yo suelo colocar la cebolla al lado del queso para que al fundirse "fría" un poquito la cebolla. 
8. Utilizando una cuchara, regar con la emulsión de aceite todas la verduras y meter en le horno (previamente precalentado) 40 minutos a 180º. Durante la primera media hora yo coloco un trozo de papel de aluminio encima (simplemente apoyado), para que no se resequen.

Moraleja: A partir de ahora y después de probar esta maravilla todos vais a querer comer verduras, como ocurrió con los pequeños del cuento. Ponéis la película, prueban la receta y son vuestros para siempre.
También podéis cortar todas los ingredientes en paisana grande (a cuadraditos más o menos groseros) y ponerlo todo "a revolotón" en la fuente. Queda menos vistoso, pero se termina mucho más rápido...

Y colorín, colorado... ésta receta se ha acabado.

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