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Érase una vez... Arte en la cocina.


Érase una vez una Cuentista que por algún motivo entremezclado con otros muchos motivos más, empezó a cocinar un buen día y poco a poco se fue enganchando a la cocina y su mundo.

Para ella cocinar en un ordenador supuso un espacio para ser solo Cuentista, un lejano país en el que poder dejar de ser, durante un ratito, madresposa responsable que trabaja. Y tan atareada con todo y con todos que un día se dio cuenta de que no tenía tiempo para ser solo ella.

Antes de convertirse en mamá Cuentista y enloquecer con el mundo de la cocina, era una persona normal con un millón y medio de aficiones, tantas, tantas, que su padre siempre decía: “te metes en tantos líos que eres aprendiz de todo y maestra de nada”.

La lectura y el cine han acompañado los pasos de la Cuentista desde siempre, la fotografía y la pintura siempre han ido justito por detrás…

Pensando en todo ello, un día se dio cuenta de que muchas de sus películas “intocables” tienen un trasfondo de comida. Porque cocinar es arte y una forma de amar, una manera de decir a los que te importan que te importan.

Para la Cuentista, cocinar para otros es buscar la manera de hacerlos felices con sabores, preparar el plato y la mesa es un arte que busca rodear a los que quieres de belleza. La comida une a los amigos, a la familia, a las personas que queremos alrededor de una mesa.

Por todas estas cosas y lo mucho que disfruto con ellas he decidido abrir una sección dedicada al arte en la cocina. Hablaré de libros, películas, objetos curiosos que me encuentro por ahí… todo ello relacionado de alguna manera con la cocina.

Ojalá os guste éste pequeño rincón de mi despensa y los ingredientes que voy a presentar. Me encantará saber vuestras opiniones sobre las películas y los libros, si las veis o los leéis. Puedo asegurar que soy la peor crítico de cine del mundo, me suele gustar casi todo.


Voy a empezar con una película muy especial para mí, me encanta la luz, el color rojo de las capas, la leyenda familiar, el local y los personajes. De Johnny Deep mejor no me pongo a hablar porque entonces no termino….

Y por supuesto me gustan sus zapatos.

Los zapatos de Vianne, los zapatos rojos. Os recuerdo que hace unas semanas escribí el cuento de mi tío, "Un plato de zapato", uno de los ingredientes principales era mi par de zapatos favoritos... 

Y colorín, colorado... ésta película ha empezado.

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