Érase una vez un pequeño pastor que vivía y cuidaba de las
ovejas en un pueblo de los Montes de Toledo.
Su familia era muy humilde y la vida en un pueblo tan
escondido no daba para tener una dieta variada, muchos alimentos no llegaban a
un rincón tan recóndito.
Con el tiempo la familia quiso mejorar su calidad de vida y
escaparon al mejor pueblo de la provincia: Talavera de la Reina. Años más tarde el pastor
conocería allí a la reina de Talavera, la que ocupó su corazón y su vida, una
tal “madre Cuentacuentos”.
… Pero esa es otra historia…
De momento nos quedaremos con su llegada a Talavera y con
todas las cosas que conoció en esa nueva vida, algunas tan básicas como los
alimentos del mar, algo que nunca había probado. Entre ellos el marisco.
Acostumbrado a comer pocas carnes, algunos huevos y los cereales y
legumbres del campo, se enamoró del marisco al primer bocado y ese amor (al igual que el que siente por la reina de Talavera de la Reina) también
perdura… le encanta rechupetear, sorber y el sabor a mar.
Las almejas en su jugo es una receta sencilla que la madre
Cuentacuentos prepara como aperitivo cuando su hija, la Cuentista , se lo pide. Y
como el pastor lo sabe… hay veces que llama en secreto a su hija y dice:
-
Hija… ¿Por qué no le pides a tu madre que haga hoy unas almejas?
Ya sabes que si se lo pides tú, las prepara inmediatamente.
Y así entre el pastor y la Cuentista se camelan a
la cocinera y ambos disfrutan de este delicioso plato.
Para degustarlo como es debido es obligatorio llevar a cabo un ritual, este consiste en utilizar una de las conchas vacías a modo de cuchara para tomarse
el caldo…
Pero recordad: Es un secreto entre un Pastor y una Cuentista... si algún día os cruzáis con la madre Cuentacuentos... actuad con disimulo...
2 dientes de ajo.