Érase una vez… Una
Cuentista que se quiso convertir en bruja por un día.
Decidió construir
una casita pequeña en el Reino, dentro de ella quería guardar trucos que se iba
encontrando cuando salía a pasear por la aldea y los bosques…
Los habitantes del
reino guardan tesoros que comparten con ella y no quería perderlos, si en algún
momento alguien necesita uno de ellos… sólo tiene que entrar en la pestaña
mágica "Abracadabra" y buscar.
Poco a poco nuestra Cuentista irá
guardando la magia en la casita y si las estrellas se alinean y aprende cómo... abrirá una pestaña en la parte superior para que sea más sencillo encontrar todo.
He querido abrir este espacio con un cuento de miedo: ¡¡EL TERROR DE LA COCINA !! Cocer pulpo tiene
el don de provocar temblor de piernas y miedo en los huesos, lo
mejor es probar el método que más nos guste y mantenerlo.
Os traigo varios
sistemas muy sencillos para que la carne de un pulpo nos quede tierna.
Lo primero…
comprar bien… existe un pulpo fibroso que jamás quedará tierno. Se trata de la
hembra desovada, una vez cocido sabremos que nos hemos confundido en la compra
porque en el centro de cada medallón queda un hueco. Ya podéis preparar papel y
envolverlo para usar como chiche con sabor a mar.
Para diferenciar
un pulpo macho de una hembra solo tenemos que mirar el tercer tentáculo hacia
la derecha… en un macho ésta pata es más corta y más ancha, terminada en una
especie de pala. (Para los curiosos que quieran mirarlo… se llama brazo
hectocólito)
Y una vez comprado
un pulpo adecuado nos toca romper los nervios de su carne para que no quede
duro, pare ello tenemos tantos sistemas como pulpos…
- La famosa
paliza: Consiste en golpear con un rodillo todo el pulpo, zona por zona. Tradicionalmente las
pulpeiras gallegas dicen que la manera correcta es golpear al animal unas 40
veces contra una superficie dura. No me veo… la verdad.
- Asustar al pulpo: Querido hermano... no quiero chanzas al respecto y antes de que te metas conmigo diré que es otro tipo de susto. Consiste en poner una olla con agua al fuego y cuando hierva cogemos al pulpo por la cabeza
y lo metemos tres segundos. Esto debemos hacerlo tres veces y cada una de las
veces debemos dejar que el agua rompa a hervir de nuevo antes de introducirlo.
- El pulpo acorchado: Hay que meter en el agua de la cocción un corcho y dejarlo dentro
durante toda la cocción. (Este sistema me lo ha dado un cocinero pero yo no lo
he probado).
- Pasmar al pulpo:
Cuando lo compréis debéis meterlo en una bolsa y congelarlo. Antes de cocerlo
debemos dejar que se descongele.
Y ahora voy a
intentar daros unas pequeñas pautas para cocerlo una vez congelado o golpeado.
1. Poner en una
olla grande agua con un puñadito de sal, opcionalmente se puede añadir una hoja
de laurel y una cebolla cortada por la mitad.
2. Cuando rompa a
hervir se introduce el bicho y se deja cocer alrededor de 18 minutos por kilo.
El pulpo que está
bien cocido debe quedar un poco “al dente”, si nos pasamos de cocción quedará
correoso.
Cuando esté cocido
no lo saquéis del agua caliente, dejar que se enfríe dentro de la cazuela para
que no se rompa la piel.
¡¡Y ya está!! Voy a seguir intentando abrir una pestaña en el blog para guardar al pulpo.
Y colorín, colorado... este truco se ha acabado.
Y colorín, colorado... este truco se ha acabado.