Érase
una vez un pequeño pastor que vivía en una aldea muy pequeña, su familia era
muy pobre y apenas tenían para comer. Muchas veces se ha contado en casa que
antes de trabajar para el señorito tuvieron una Nochebuena en la que apenas
tuvieron un mendrugo de pan para cenar.
En
aquellos años y con los fríos del invierno era habitual que las familias
hicieran “la matanza del guarro”, de ahí salían gran parte de los alimentos del
año.
El
guarro no era otro que un cerdo ibérico que se había ido cuidando durante todo
el año.
Ahora
el cerdo ibérico es un alimento muy valorado por su grasa, pero en aquellos
años nadie quería esa raza de cerdo, se despreciaba. Todos preferían el cerdo
blanco inglés porque su carne era mucho más magra. Hay que ver las vueltas que
da la vida.
La
matanza del guarro formó parte de la infancia y juventud de nuestro pastor,
tanto es así que cuando tuvo a su primera hija… conocida por todos como “La Cuentista ” la llevaba con él.
Hoy
día ninguno de los dos podría “ir de matanza”, pero cuando los tiempos son
duros… hay que endurecerse.
Voy
a compartir con vosotros una de las pocas imágenes que tengo de mi infancia.
Es
una foto antigua, de un día de invierno, un día de matanza. La pequeña del
abrigo, sí, sí… esa pequeña morenita con una coleta en lo alto de la cabeza… es
nuestra pequeña Minicuentista.
El
“gafapasta” es
nuestro pastor y el bellezón del vestido blanco (adecuado a las características
del evento) es nuestra madre Cuentacuentos.
Hoy
traigo una receta antigua de mi familia: la receta del adobo que se usaba para
preparar el lomo embuchado. Yo la he recuperado y adaptado. Todos coinciden en
decir que la carne queda mejor con mi receta que con la antigua y eso se debe
al sistema de curado en salazón que
utilizo antes de meterla en el adobo.
Yo
la preparo todo el año, en el frigorífico dura dos semanas
fácilmente, podéis filetear lo que se quiera consumir en el momento.
Pero
en invierno, con el frío… Si se deja al aire libre para que se oree durante
unas semanas… conseguiréis un delicioso lomo curado.
De la despensa:
1 kilo de lomo de cerdo ibérico
50 ml. aceite
1 cucharadita de sal
1 cucharadita de orégano
4 dientes de ajo
Pimentón dulce
Manos a la obra:
1. En una fuente de cristal con tapa lo más parecida de tamaño posible a la pieza de lomo, echar el aceite y añadir todas las especias. Se puede utilizar también una bolsa de plástico con autocierre.
2. Mezclar todos los ingredientes removiéndolo con la cuchara.
4. Colocar la tapa, meter en el frigorífico y dejar macerar 3 días.
Moraleja:
Una vez que probéis este lomo adobado, no volveréis a comprar cinta de lomo
adobada. Cualquier parecido con el sabor del casero es pura coincidencia. Esto
es lomo adobado en estado puro, un sabor que jamás debería perderse.