Hace años escribí este cuento y lo tenía a la espera de publicar. Hoy es el día para hacerlo. Es para ti y para ella Selma.
Érase una vez... en un tiempo bastante lejano una Cuentista que se topó con información sobre un bizcocho para el que se necesita que una persona te entregue la masa de arranque, la persona que lo recibe debe cuidar la masa y agregar ingredientes durante diez días. El décimo día te encuentras con 4 raciones como la original. Repartes tres y con la cuarta preparas tu bizcocho. Ese bizcocho recibe varios nombres: “Bizcocho del padre Pío”, “de las Hermanas descalzas Clarisas de Sevilla” o “el de los 10 días”.
Que nadie se asuste con lo de los 10 días, realmente apenas hay que hacer nada durante ese tiempo.
Y lo que son las cosas… una mañana se fue a tomar un café con dos de las madres del Reino, una de ellas es Selma.
Selma no venía de muy buen humor ese día:
“¡¡No te j… con mi madre, pues no va y me dice que quiere darme un bizcocho de nosequé que necesita 10 días para hacerse!!” “Cómo si no tuviera yo otras cosas que hacer, se va directo a la basura”
Ya os podéis imaginar, a nuestra Cuentista se le abrieron los ojos como platos, en seguida supo reconocer que Selma tenía en su poder la preciosa pócima de arranque para preparar el bizcocho del que había leído.
Selma supo quien iba a ser la destinataria del vaso con la masa madre que le había regalado su madre.
Todo son madres en este cuento.
Todo son madres en este cuento.
Podemos pensar que un bizcocho es simplemente eso: un bizcocho. Pero no todos son iguales, este es jugoso y se mantiene tierno durante días (aunque es difícil comprobarlo porque cae rápido), debe ser por la cantidad de "madre" que lleva.
Lo verdaderamente bonito es recibir de alguien que te quiere y se ha acordado de ti el vaso con la masa de arranque, acompañado de la receta y deseándote salud y fortuna, pero siempre podéis ser vosotros el punto de inicio en vuestro entorno. Yo tuve la suerte de recibirla de una persona que me quiere.
Os dejo la receta de la masa de arranque, sólo lleva un día prepararla. A partir de ahí tenéis que llevar a cabo el proceso de los 10 días, al terminar tendréis vuestras cuatro raciones. Tres para repartir y la vuestra. O no repartirlas y congelar las tres raciones restantes para prepararlos otro día.
De la despensa:
Masa de arranque:
1 vaso de yogur de leche.
½ sobre
de levadura seca de panadero (3gr).
½ vaso de yogur de
azúcar.
Echar
todo en un recipiente y mezclar con una cuchara de madera.
Al día
siguiente ya tenemos hecha la masa madre y podemos empezar con el proceso.
Manos a la obra:
Día
1. Se vierte el contenido que recibes en un recipiente mayor y se añade un vaso
de azúcar y otro de harina. NO SE MEZCLA.
Día
2. Se mezcla con una cuchara de madera.
Día
3. No se toca.
Día
4. No se toca.
Día
5. Se añade un vaso de leche, un vaso de azúcar y un vaso de harina. NO SE
MEZCLA.
Día
6. Se mezcla con una cuchara de madera.
Día
7. No se toca.
Día
8. No se toca.
Día
9. No se toca.
Día
10. Se apartan tres vasos de masa en botes individuales para regalar y con el
vaso restante se prepara el bizcocho.
Para el bizcocho hay que añadir a la base:
2
vasos de harina.
1
vaso de azúcar.
1
vaso de aceite.
1
vaso de leche.
1
sobre de levadura.
2
huevos enteros.
1
pizca de sal.
1
pizca de canela.
Ralladura
de una naranja.
1
manzana cortada en cuadraditos.
1
vaso de frutos secos, yo siempre uso nueces y unos pocos pistachos.
Manos a la obra para hornear el bizcocho:
Mezclar
todo con una cuchara y hornear entre 50 y 60 minutos a 180º dependiendo del horno.
Mensaje con el que se entrega la masa madre:
La persona que entrega la masa madre le desea salud y suerte.
Se requieren diez días para elaborar el bizcocho, sin batidora, ni frigorífico ni otros aparatos, sólo necesitamos un recipiente y una cuchara de madera. Cómo medida de vaso utilizar un yogur.