Y
ahí estoy yo, de vez en cuando me paso
una tarde cocinando rabo de toro a fuego lento, paso cuatro o cinco horitas de
mi vida sellando, estofando y observando con ojos amorosos un rabo de toro para
mi padre y al oír su “ya sabes hija, que a mi el rabo de toro es una cosa que
ni fú ni fá….” siempre recuerdo que he
vuelto a olvidarlo.
Creo
que con ésta entrada he encontrado el sistema infalible para no olvidarlo nunca
más. SÓLO TENDRÉ QUE MIRAR EL BLOG.
El
rabo de toro es una de esas comidas que adoras o aborreces, no tiene término
medio. Es una carne muy gelatinosa y hay que cocerla mucho y bien, pero si lo
haces… entonces queda impecable y tierna, se despega del hueso al rozarla y se
funde entre la lengua y el paladar.
Creo
que se nota que yo soy de las enamoradas, me parece una delicia y cocinarla
para otras personas me parece un gesto de amor porque lleva trabajo y paciencia
en una época en la que compramos casi todo precocinado, precongelado,
preprepre…
De la despensa:
2
rabos de toro cortados
4
zanahorias
1
cebolla
3
puerros
1
hoja de laurel
Harina
Aceite
de oliva virgen
Sal
4
dientes de ajo
½
litro de vino tinto
½
litro de caldo de carne
Manos a la obra:
- Salar los tacos de rabo y pasarlos por harina. Golpear un poco para que caiga toda la harina posible.
- En una olla a presión echar aceite y sellar por todos los lados los trozos de carne. Retirarlos de la olla en un plato o fuente a parte.
- Pelar las verduras, cortarlas y pocharlas en el aceite de haber sellado el rabo. Yo pico la zanahoria y el puerro en rodajas, pero se va a deshacer todo por lo que no hay que ser escrupulosamente metódico.
- Volver a echar el rabo en la olla, cubrir con el caldo y el vino tinto, cerrar la olla, poner a fuego fuerte y cuando nos avise la válvula bajar a fuego medio/bajo. Dejar cocer 30 minutos.
- Abrir la olla cuando haya perdido la presión, una vez abierta poner el fuego al mínimo e ir removiendo de vez en cuando hasta que se consuma todo el caldo. Os llevará bastante tiempo y de eso se trata, el cariño y el tiempo son dos ingredientes que luego podréis saborear.
La
carne debe desprenderse del hueso con muchísima facilidad, para que se funda en
la boca. Si no ha quedado tan tierna conviene añadir un poquito más de líquido
(yo uso caldo) y lo dejo cocer un poquito más.
Y colorín, colorado, ésta receta se ha acabado...