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Érase una vez... Congelar masa de pizza casera.


Bueno... aquí estamos con otro truco de magia para acompañar al pulpo y que no se sienta tan solito. 

Me consta que Pablo sufre mucho por él desde que se me ocurrió apalear, escaldar y buscar el tentáculo del pobre animalito para no comprar hembras desovadas... Para que esté más contento he decidido traer compañía para él. 

¡Abracadabra!

Érase una vez una Cuentista sin criterio para las medidas... 

Si sabía que venía gente a cenar a casa se activaba con un resorte que lleva colocado en la cabeza y se lanzaba de bruces a la cocina. 

No exagero mucho si reconozco que el frigorífico de la Cuentista suele estar bien surtido siempre... se puede encontrar de todo (hasta botellitas de óxido de nitrógeno como bien dice Leo Harlem en su monólogo).

Pues bien, me encanta hacer pizza casera y cuando enloquezco preparo masa para todo el planeta. Hoy os traigo un truco estupendo para guardar lo que sobra en el congelador y tenerlo preparado para usar en la siguiente ocasión que se nos presente.

Existen muchas formas de congelar la masa de pizza, pero hay dos métodos estupendos que son los favoritos de la Cuentista y de ellos os quiere hablar.

Método 1: Precocerla. Es el mismo sistema que se usa para los panes envasados que se venden en las tiendas y que permiten preparar pan tierno cualquier día. 

Pare ello, debemos estirar la masa y hornearla 10 minutos solita, sin ingredientes... La guardamos en una bolsa o envolvemos con film y la metemos en el congelador.

El día que queramos comer pizza, la sacamos del congelador, colocamos los ingredientes y horneamos 15 minutos como si fuera una pizza comprada envasada.

Método dos... mi súper favorito: Formar un rollo con la masa de manera que quede como las masas envasadas que compramos en la zona "fría" de las tiendas. 

Para que quede perfecta y lista para utilizar... estiramos la masa con el rodillo, colocamos un papel de horno encima y la enrollamos utilizando el papel para que no se pegue "masa con masa". Una vez formado el rollo, envolvemos con film y al congelador. No abulta nada.

El día que queramos usarla solo tendremos que dejar que se descongele, desenrollarla y preparar la pizza con nuestros ingredientes favoritos antes de hornearla. Este sistema también nos vale para masas de empanada, hojaldre... 

Hay que decir que todos los que prueban las masas de pizza casera no suelen volver a las pizzas envasadas, merece la pena dedicar un ratito a hacerla, la pizza es un alimento muy sano si no lleva conservantes, colorantes, electrizantes y mineralizantes. Recordad... somos lo que comemos.

Moraleja: Si en lugar de masa de pizza, hacéis masa de hojaldre o empanada... no olvidéis cocer el pulpo previa paliza para utilizarlo como relleno.

¡Ups! Perdona Pablo... ya estoy haciendo sufrir al pobre otra vez...

Y colorín, colorado... ésta receta se ha acabado.

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