Ir al contenido principal

Érase una vez... Grissini


Érase una vez una Cuentista que hizo una promesa...

Un buen día preparó un delicioso paté de mar y prometió unos grissini para poder picotear ambas cosas juntas.

Y aquí están... vienen sin cuento porque hay veces que las palabras se atascan y no quieren salir.

Hay veces que la cabeza anda llena de ogros, brujas, pócimas malignas y no me apetece dejar que entren en nuestro mundo... 

Por eso sólo os traigo los palitos, prometo utilizarlos para ahuyentar a los malos y ponerlos contra la pared por portarse tan requetemal. 

Echadme una mano, preparadlos vosotros y así me daréis las armas para conseguir alejarlos de nuestro Reino.

De la despensa:


(Unos 30 palitos)
410 gr. de harina de fuerza.
1 sobre de levadura de panadero.
50 gr. de aceite de oliva virgen.
120 ml. de agua tibia.
90 ml. de leche.
12 gr. de azúcar.
8 gr. de sal.
Sal Maldón /pimienta molida / tomillo / pimentón picante...

Manos a la obra:
Colocar en la bandeja del horno una hoja de papel sulfurizado (de horno).

1. En un recipiente grande echar la harina, la sal, y el azúcar, mezclar todo bien.

2. Diluir la levadura en el agua tibia.

3. Hacer un huequecito en el centro y echar los líquidos (salvo el aceite). Mezclar todo muy bien con la mano.

4. Colocar la mezcla en la encimera e ir amasando hasta que tengamos una masa integrada, añadir el aceite y seguir amasando hasta que no se pegue en la mano limpia.

5. Dividir la masa en dos para hacerla manejable de tamaño y estirarla con el rodillo dando una forma rectangular con un grosor de medio centímetro más o menos.

6. Yo utilizo una espátula larga metálica (de las que se usan para estirar el chocolate o preparar tartas) para cortar tiras de 1 cm. de anchura. Echar por encima la sal Maldón y la pimienta espolvoreada. Con las manos arrastrar el palito ligeramente redondeando para formar un cilindro. Ir colocando cada palito en la bandeja del horno con el papel.

7. Meter la bandeja en el horno precalentado y hornear 15 minutos a 200º, tendréis que preparar varias bandejas.

Moraleja: En lugar de sal y pimienta podéis echar tomillo, pimentón picante (a través de un colador para que no queden grumos) o lo que se os antoje. Yo suelo hacer unos poquitos de cada. No os preocupéis si quedan dobleces en el cilindro o desiguales, esa es la gracia de hacerlos en casa.

Y colorín, colorado... ésta receta se ha acabado.

Entradas populares de este blog

Érase una vez....Patatas en "to" crudo

Creo que lo justo es que la primera receta sea ésta. Es mi madre. De mi madre. Para mi madre. Toledanos todos en la familia, el final de la palabra nos lo comemos porque somos así. TODO se convierte en TO. Aunque puede parecer una receta para estómagos resistentes por los ingredientes picantes... no lo es, al cocer todo en crudo se suaviza muchísimo. Es una receta de la posguerra, nada que ver con la cocina moderna actual, se trataba de calentar el cuerpo y consigue perfectamente su misión. Mi madre las prepara para ella y solo para ella, nadie más las come en casa. La primera vez que las cociné fue para poder ponerla en el blog y las seguiré preparando a partir de ahora, debe ser que con la edad me voy pareciendo cada día más a ella....  Como bien dice el nombre de la receta, todo va en crudo y todo va junto. He oído decir a mi madre unas 1500 millones de veces que comería esto todos los días de su vida y así lo hizo durante un tiempo. Con 8 años tenía una cacero...

Érase una vez... Ratatouille

Érase una vez una Cuentista a la que le encantaban los carteles colgantes de las tiendas. Le resultan evocadores, imagina a los dueños ilusionados colgando en la fachada los inicios de un sueño. Reservar. Ya sabéis que la vida de nuestra Cuentista está llena de casualidades que luego os va relatando en sus cuentos. Pues la casualidad ha hecho que la receta de esta semana no pueda ser otra. Muchas veces nuestra pequeña Cuentista tiene dudas sobre qué plato preparar y qué cuentos contar, pues esta semana no. Hace apenas unos días nuestra Cuentista fue a visitar el lejano reino en el que vive su hermano con su familia. La primera mañana  la Cuentista dejó a su Minichef y a la Minicuentista jugando mientras preparaba la comida, de pronto agudizó el oído. Un raro silencio se oía en la casa y eso era algo muy inusual cuando se juntaban los dos primos. Se dirigió al salón y al entrar vio que se habían puesto una película de dibujos: “Ratatouille”. Y tuvo una idea. Al ...

Érase una vez....Ensaladilla rusa.

Érase una vez una madre Cuentacuentos insegura. Creía que era una mala cocinera y siempre pensaba que todo lo que preparaba estaba regular y no era del gusto de nadie. La Cuentista aprendió una de las grandes lecciones de la vida con ella a lo largo de los años: La inseguridad provoca ceguera. El cuento de hoy es un cuento de misterio, porque de todos es sabido que los ingredientes de la ensaladilla rusa son siempre sota, caballo, rey y mayonesa. En cada casa se prepara una ensaladilla distinta con ingredientes parecidos y todas son completamente diferentes. La que prepara la madre Cuentacuentos es, según la opinión de todos los que la han probado, la mejor que han comido jamás. Solo una persona opina distinto… Ella misma. Durante muchos años yo he utilizado exactamente los mismos ingredientes, el mismo método, todo igual… salvo el resultado. Un día, harta de no conseguirlo nunca, me puse a su lado para seguir todos los pasos con ella y ahí me enteré de su secreto....