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Érase una vez... Ochíos de pimentón.



Érase una vez un pequeño zagal. Nació y pasó su niñez en un pequeño (pequenísimo) pueblo de los montes de Toledo a unos 60 kilómetros de Guadalupe, adonde iban caminando desde el pueblo las personas que hacían promesa a la Virgen.

Allí pasó su niñez nuestro zagal caminando entre los pedregales cuidando de las ovejas, caminando para ir a los pueblos vecinos, caminando para ir a por agua a la fuente, caminando... caminando... caminando... 

Y en camión se fue un buen día a Talavera de la Reina porque estaba muy lejos para ir caminando.

El primer viaje que hicieron los padres de la Cuentista cuando se sacó el carné de conducir fue precisamente a este precioso Santuario. Muchas veces nos han contado en casa lo horrible que fue ese viaje con sus curvas y recurvas, por lo visto debe ser mejor llegar caminando. 

Parte del ritual de la Romería de la Virgen de Guadalupe son los ochíos con pimentón salado, rellenos de atún solo o con tomate. Y aquí los traigo para todos vosotros, no hace falta que caminéis para comerlos.

Los ochíos se llaman así porque son una octava parte de la masa, la receta original es muy antigua, comenzó a hacerse en el medievo y es dulce, hecha con miel vieja y matalahúva, pero a principios del siglo XX se adaptó la receta salada que os traigo hoy.

Os contaré un secreto: El zagal es un gran zampón de miel, se la come golosamente a cucharadas aunque siempre dice que no la come por gusto... que lo hace porque es muy bueno para la piel y así se mantiene guapo y de piel lisa (desde fuera los demás no vemos esa lisura... pero él está muy feliz). Por contraste a la Cuentista no le gusta demasiado la miel y prefiere la versión salada que es la que os traigo.

La receta de hoy tiene además una dedicatoria muy especial a "La Chinata". Hace unas semanas hicieron un concurso en Instagram para conseguir 10.000 seguidores antes de Nochebuena y he sido una de las personas que han tenido la suerte de conseguir una caja con sus productos... 

Aprovechando que el Tajo pasa por Toledo (creo que es otro río y otra ciudad, pero este es mi Reino y me tira la tierra...) y que en la caja venía una botella de aceite de oliva virgen delicioso me acordé de esta receta y me he puesto manos a la obra para preparar estos deliciosos ochíos.

De la despensa:

(Para 8/9 bollitos)

1/2 kg. de harina de fuerza.

25 gr. levadura fresca o un sobre de levadura seca de panadería.
250 ml. agua templada a 37º.
120 ml. aceite de oliva virgen extra "La Chinata"
1 cucharadita de sal.
1 cucharadita de matalahúva (semillitas de anís) tostada. Opcional si no os gusta el sabor del anís.

Para decorar los bollitos:

2 cucharadas soperas de pimentón de la vera.
25 ml. aceite de oliva virgen extra "La Chinata" 

Sal gorda (yo utilizo sal en escamas Maldon)

Manos a la obra:

1. Colocar en un recipiente el agua templada a 37º, echar la levadura rompiéndola con los dedos y diluirla un poco, añadir el aceite de oliva virgen de "La Chinata". Mezclar. (si tenéis batidora de amasar podéis usar esa y es más cómodo)

2. Preparar los ingredientes secos, para ello añadir la sal y la matalahúva tostada a la harina, ir echando poco a poco mezclando los ingredientes secos al recipiente en le que teníamos el agua con la levadura. Mezclar bien todos los ingredientes para que se integrenAmasar a mano (si tenéis la batidora... seguís con ella) hasta formar una bola con la masa. Sacar del bol y amasar a mano durante 5 minutos en la encimera (espolvoread la encimera con harina de fuerza para que no se os pegue)

3. Una vez amasada formamos una bola con la masa, la metemos en un bol y tapamos con un paño limpio y la dejamos reposar 45 minutos/una hora. 

Mientras mezclar los 25 ml de AOVE con las 2 cucharadas de pimentón de la vera, es muy cómodo mezclarlo con el pincel que vamos a usar para pintar luego nuestros ochíos. Preparamos una bandeja de horno con papel de hornear.

4. Una vez que la masa ha levado, la sacamos y hacemos bolitas de unos 60/65 gr cada una. Las colocamos en la bandeja de horno con papel vegetal.

5. Tapamos con un paño y dejamos reposar otros 30 minutos. Cuando falte 10 minutos encendemos el horno a 190º.

6. Pincelamos con generosidad nuestros ochíos con la mezcla de pimentón y aceite, y echamos un poco de sal en escamas por encima. 

7. Metemos los ochíos en el horno, bajamos la temperatura a 180º y horneamos entre 20-25 minutos. A los 15 minutos echad una ojeada y si veis que se tuestan mucho... colocáis un papel de aluminio por encima para que no se queme el pimentón.

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