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Érase una vez... Pan de leche doble


Érase una vez... a ver... no sé por donde empezar. 

Sí, sí sé. 

Érase una vez un pan de leche de quitar el sentío, las penas y hasta el hipo. 

Vamos a partir de una base, en la casa de la madre Cuentacuentos hace años se compraban los bollos de leche típicos industriales y sus dos hijitos (ya no tan hijitos) se los zampaban sin remordimientos. Nos gustan los panes de leche, pero esto es otra cosa... son unos panes de leche horneados con leche en la base del molde. Se forma en la base una especie de crema pastelera deliciosamente dulce, cremosa y tierna. 

La receta es de Recetas de Esbieta aunque la conocí gracias a un amigo de mi antigua vida en Madrid, Chus.

Chus es un cocinero estupendo y un panadero aficionado que debería ser profesional porque es maravilloso. Hace muchos años me hizo un regalo que ahora valoro como un tesoro aunque por desgracia ya no lo tengo. Vino a pasar un  fin de semana con la Cuentista y su Cuentisto a la cabaña y me trajo un bote con su masa madre. Regalar masa madre es regalar un trocito de vida. 

Para mi inmensa pena en un temporal se estropearon todos los electrodomésticos que estaban enchufados a la red eléctrica y cuando lo descubrimos, varias semanas después, la masa madre se había estropeado y me quedé sin ella. Desde entonces me quedé sin masa madre y ya sea por el clima, la humedad, la mala mano, el mal pie o lo que sea... no consigo mantener viva ninguna. 

Y mira que lo he intentado veces. Nada.

El caso es que este pan de leche lo vi en el Instagram de Chus y quise robárselo. Está absolutamente delicioso, es otro nivel de dulce, lleva su tiempo pero merece la pena por ver las caras de los que lo prueban el día que se hornea. 

Tanto Esbieta como Chus dieron forma de espiral a las bolas y personalmente creo que queda mejor estéticamente y que la miga también queda más bonita... pero con la humedad del Norte los tiempos de levado se dispararon y terminé de hacer la masa tan tarde que no me daba tiempo a hacer florituras. La receta es muy sencilla, el único problema es el tiempo de levados, lleva varios y aunque no hay que hacer mucho... hay que estar.

Queda delicioso. Solo puedo aconsejar a todo el mundo que se anime a prepararlo por lo menos una vez en la vida. (O conseguir que alguien lo prepare)



De la despensa: 
(Para la masa)
300gr. de harina de fuerza 
9 gr. de levadura fresca (ó 3gr. de levadura seca de panadero)
35 gr. de mantequilla sin sal.
200 gr. de leche entera (necesitamos 175gr. pero se pierde una parte con la ebullición)
35 gr. de azúcar blanquilla. (con esta cantidad no queda dulce, podéis añadir más si os gusta dulce)
5 gr. de sal
2 yemas de huevo.

(Para hornearlo)
220 gr. de leche.
1 cucharada de azúcar avainillado
1 cucharada de azúcar blanquilla

Manos a la obra:
1. Echar la leche en un cazo y poner a hervir. Cuando rompa a hervir mantener un minuto bajando la temperatura para que no se salga del cazo. Al hervir la leche se forma una masa más rica. Dejarla enfriar tapando con un plato el cazo hasta que se quede templada (temperatura del cuerpo).

2. Echar en un vaso 175 gr. de la leche templada, añadir una cucharada de azúcar y la levadura. Remover para que se disuelva. Dejar en reposo 10-15 minutos para que la levadura se active (se forma una especie de espuma en la superficie).

3. En un bol grande echar la levadura activada, removerla un poco. Añadir las dos yemas de huevo y mezclar, echar el azúcar restante y mezclar. La sal y remover. Tamizar la harina y mezclar todo.

4. Tapar el recipiente y dejarlo reposar 20 minutos para que todos los ingredientes absorban la humedad. Colocar la masa en la encimera y amasar hasta que la masa quede lisa y no se pegue a las manos. 

5. Añadir la mantequilla cortada en trocitos en dos tandas para que se integre con más facilidad a la masa. Seguir amasando hasta que quede lisa y agradable al tacto. Colocar en el recipiente de nuevo, tapar y dejar en reposo 30 minutos.

6. Amasa un minuto la masa sin sacarla del recipiente para que se desinfle. Dejar reposar de nuevo hasta que doble el volumen.

7. Volver a amasar en la encimera un minuto. Pesar la masa y dividirla en porciones de 50-55gr. cada una. Formar las bolas e ir colocándolas en un molde con mantequilla, tapar con film transparente y dejar que vuelvan a doblar el tamaño.

8. Cuando veamos que van alcanzando el tamaño encendemos el horno a 180º calor arriba y abajo. Disolvemos el azúcar en la leche a temperatura ambiente. 

9. Bañar los panecillos con la mitad de la leche. Hornear los panecillos 25 minutos o media hora. Cuando lleven 15 minutos bañamos el pan con la leche que nos queda y dejamos terminar el tiempo.

10. Sacar, dejarlo en reposo 10-15 minutos, desmoldar y a llorar de gusto.

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