Normalmente no me resulta difícil escribir cuentos, para eso soy hija de la madre Cuentacuentos, pero hoy debo padecer el mal del escritor. El de la página en blanco. Supongo que será porque hoy no me siento Cuentista. Hoy me siento tía. Hoy es el cumpleaños de Laura, mi sobrina, mi miniyo. Laura es una fotocopia pequeñita de la Cuentista , un precioso bichito que hoy cumple 9 años rodeada por la magia de otros cuentos, de princesas con vestidos preciosos y largas melenas, está en Disneyland París. FELICIDADES LAURA… disfruta muchísimo y guarda recuerdos para contármelos cuando nos veamos. Hace dos veranos cogimos una bonita costumbre, vinieron a pasar unos días a la cabaña y por la noche cuando se iban a la cama, me acostaba un rato con mis dos Minicuentistas, uno a cada lado y les contaba un cuento. Al escribirlo acabo de darme cuenta… Sin querer me convertí por unos días en la madre Cuentacuentos, la que acostaba a sus dos hijitos con ella… Los Minicuentist...
Érase una vez... Una madre que siempre echaba la cantidad correcta de sal en la comida y contaba cuentos maravillosos a sus hijos por la noche. Al anochecer cuando el padre se iba a trabajar, acostaba a sus dos hijitos con ella, uno a cada lado mientras decía: “¿Queréis que os cuente un cuento de sal y pimiento?” Muchísimos años después me gustaría mezclar esos ingredientes y compartir con vosotros el gusto por la cocina y los cuentos de la vida.