Érase una vez una Cuentista que cambiaba de opinión una y otra vez para la receta del 27 de junio… Hoy es un día muy especial en su Reino porque cumple “la cuarentena” el padre del pequeño Minichef y según se hace llamar él mismo: parte contratante de la Cuentista. Dani no es amigo de aparecer por aquí, prefiere mantenerse en la mesa y limitarse a criticar (sin ningún tipo de criterio porque no pone pegas a nada) los platos que pasean por delante. Pero hoy no puede elegir. En otro Reino y en un tiempo muy lejano, la Cuentista y la parte contratante solían cenar en una humilde taberna que había en la aldea en la que vivían. A saber, un VIPS de Madrid. Y compartían siempre los mismos platos, unas patatas VIPS y una ensalada Louisiana. Pero llegó el día en el que la Cuentista tuvo que preparar por primera vez una comida en casa para los dos. Ya os podéis imaginar el miedo pavoroso que tenía a cocinar algo y no quedar en ridículo. Por aquel ent...
Érase una vez... Una madre que siempre echaba la cantidad correcta de sal en la comida y contaba cuentos maravillosos a sus hijos por la noche. Al anochecer cuando el padre se iba a trabajar, acostaba a sus dos hijitos con ella, uno a cada lado mientras decía: “¿Queréis que os cuente un cuento de sal y pimiento?” Muchísimos años después me gustaría mezclar esos ingredientes y compartir con vosotros el gusto por la cocina y los cuentos de la vida.