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Érase una vez... Tarta de manzana


Absolutamente perfecta, palabra de Cuentista...

Tan perfecta como la familia, tan perfecta como querer.

Érase una vez una Cuentista que vivía en una ciudad que no era la suya. Cuando su pequeño minichef empezó a ir al cole, tuvo la suerte de conocer a madres y padres de matrícula de honor, una de ellas se paseó por el blog el día del cumpleaños del hermano de la Cuentista. Estoy hablando de Silvia MamáManu. Ella y su hermana dieron la receta de las galletas que terminaron siendo Jack Skellington.

Silvia es una súper mamá y quiero que conste que no es mi opinión, todas las mamás del cole pensamos lo mismo de ella. Desde el primer momento se encargó y preocupó de que todas las familias pudieran disfrutar de fotos y vídeos bien editados de nuestros peques. Ella se encarga de grabar, editar y preparar copias de todo para todos. Ella es así.

Y de tal palo tal astilla. Hoy es el cumpleaños de Manu, su hijo. Compañero de clase de mi pequeño minichef. La receta de ésta tarta de manzana maravillosamente deliciosa es la receta de su familia. Toda la vida se ha preparado ésta tarta en su casa y un día Silvia me envió la receta con un ofrecimiento:

"Voy a salir a tomar algo con unos amigos, ¿Quieres que te lleve un trozo a casa y la pruebas?"

¿Veis como es una buenaza? ¿En qué cabeza cabe que salgas a cenar algo con unos amigos y se te ocurra cargar con un trozo de tarta de manzana? Pues esa es Silvia, así es ella.

En definitiva, éste año quiero preparar la tarta para Manu. Quiero felicitar a ese pequeñajo que con siete años quiere ser ciéntifico, y no uno cualquiera... quiere ser un científico de pelo largo. Lleva varias semanas dejándolo crecer y ya parece una estrella inglesa del rock.

Vamos a empezar diciendo que la Cuentista no suele tomar dulces, jamás se siente tentada por el chocolate y las cosas con demasiado azúcar la saturan en el primer bocado. Pero hay dos tartas que son su debilidad, y prueba en todos los restaurantes que puede: La tarta de queso y la tarta de manzana.

Sin la menor duda ésta es de las mejores que ha probado y el listón estaba en la estratosfera. Una persona que ya queda muy lejana en el tiempo, preparaba la mejor tarta de manzana casera del mundo. Durante años la Cuentista ha ido probando tartas con la esperanza de encontrar una parecida y hasta ahora no lo había conseguido. Deliciosa. Sencilla. Casera. Perfecta.

Con un punto de brandy que me hizo dudar al principio (por los peques) y que me enamoró al tocar la boca.

De la despensa:



Para la decoración:
3 ó 4 manzanas Golden para decorar.
Mermelada de albaricoque (o melocotón).
Para la masa:
2 manzanas Golden ralladas.
3 huevos.
200 ml. de nata.
Ralladura de un limón.
150 gr. de harina.
160 gr. de azúcar.
1 sobre y 1/2 de levadura química Royal.
50 gr. de brandy.


Manos a la obra:
Precalentar el horno a 250º.
1. Mezclar la harina con la levadura, yo suelo tamizarlo todo junto para que se mezcle bien. Reservar.
2. Separar las claras de las yemas. Reservar las yemas.
3. Batir las claras a punto de nieve.
4. Añadir todos los ingredientes (incluidas las yemas) a las claras a punto de nieve y mezclar con suavidad para que no se bajen.
5. Echar la mezcla en un molde de base desmontable untado con mantequilla. (de entre 26 y 28 cm.)
6. Descorazonar y pelar manzanas, cortarlas en gajos. Yo de cada manzana saco 16 gajos.
7. Colocar los gajos encima de la masa formando círculos o "intentando" dejar una forma bonita.
8. Meter la tarta en el horno a media altura, bajando la temperatura a 200º. Hornear 45 minutos.
9. Sacar la tarta y echar una capa de mermelada por encima de las manzanas.
10. Desmoldar y disfrutar una vez fría.

Y colorín, colorado... ésta receta se ha acabado.


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