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Mostrando entradas de julio, 2014

Érase una vez.... Tarta de queso

Érase una vez una familia de Cuentistas que vivía en Madrid y cuando tenía tiempo libre cogía carretera y manta y se iban a Cantabria a descansar del ruido, el tráfico y los agobios de Madrid. Hace años, la mamá Cuentacuentos compró una pequeña casita en Luena, la restauró y aunque al principio tenía pocas comodidades (mas bien ninguna) los hijos Cuentistas subían con sus amigos a disfrutar del silencio, los árboles y el verde. Recuerdo perfectamente un fin de semana de invierno sin luz y sin calefacción. Hacía tanto frío que para intentar dormir se arroparon con todas las mantas, abrigos, bufandas y todo “lo de tela” que encontraron por la casa, utilizaron hasta las servilletas de cocina. Durmieron poco ya que solo podían dejar fuera de la montaña de ropa la parte de la cabeza que llega hasta la nariz y eso porque suele ser necesaria para respirar. Ahora la casa tiene luz, demos gracias a las compañías eléctricas por algo, no todo van a ser críticas hacia ellas…

Érase una vez... Agua de tomate

"Pica en la lengua mami". Esas fueron las palabras que dijo el hijo de la Cuentista el día que el agua de tomate tocó su lengua por primera vez. "Son las segundas mami". Esas fueron las palabras que dijo el hijo de la Cuentista unos días después cuando colocó por orden de preferencias sus platos favoritos. Que son, en estricto orden de mejor a menos mejor: Un plato de patatas fritas. El agua de tomate. Una bolsa de "fantasmicos". Alguna vez nuestra Cuentista ha comentado lo absurdamente terca y cabezota que es. Pues bien, el agua de tomate es una de las recetas que más quebrantos le ha costado, ha tenido que tirar de Pablo, Seoane y de todas las personas que conoce que tienen mucha conexión con la física y los experimentos. Y lo peor de todo es que se ha tenido que rendir. Ha conseguido hacer la receta de una manera fácil… pero no es la que quería. Con el cambio hemos ganado todos, pero su tozudez y orgullo han perdi

Érase una vez... El brownie.

En un tiempo muy, muy lejano… existía una Cuentista. Sus padres acababan de comprar un microondas, un aparato eléctrico que, por lo visto y haciendo uso de algún tipo de embrujo o sortilegio, calentaba los alimentos en un tiempo  increíblemente  corto. Dicho aparato traía en la caja un libro de recetas para cocinar. Nuestra pequeña Cuentista no sentía ningún interés por la cocina en aquellos tiempos, pero una receta llamó su atención: Un brownie. Ni corta ni perezosa pidió a la madre Cuentacuentos que comprara los ingredientes y se puso a ello. Sencillo, limpio y delicioso. Lo repitió varias veces y todas quedaron perfectas…  Un buen brownie debe quedar crujiente en la corteza y “jugoso en el centro”, jamás debe parecer un bizcocho seco de chocolate con nueces. Con la magia de las ondas del aparato y esa receta siempre quedaba perfecto. Pero el interés de nuestra Cuentista decayó. El tiempo siguió su curso. Pasaron los años, el aparato se rompió y fue sustituid

Érase una vez... Vuestras ratatouille.

Érase una vez un precioso Reino en el que habitaban seres de todas las clases.  Unos eran buenos, otros traviesos, había algún ogro malicioso…pero la mayoría coincidía en algo: Preparaban los platos que la Cuentista del Reino buscaba y cocinaba para ellos. Además, había alguno que se animaba a enviar los resultados de sus logros. Hoy toca ver vuestras ratatouille. Todos habéis coincidido en lo mismo, el olor que llena la cocina mientras se hornean las verduras con el aliño y las hierbas. Para mi absoluto orgullo la habéis preparado de distintas formas. Muchos de vosotros no sabréis que tenemos a nuestra propia Rapunzel entre los habitantes del Reino, Isabel es dueña de una maravillosa y larga melena rizada… no se deja ver mucho porque vive en la vecina aldea de Talebook y normalmente suele encontrarse por allí con nuestra Cuentista. Y allí, en la aldea de Talebook, dejó nuestra Rapunzel particular la fotografía de su ratatouille y sus coment

Érase una vez... Crema de calabacín.

Hoy nuestra Cuentista se va a remontar al primer cuento que escribió para el blog…. Patatas en “to” crudo . En ese cuento relataba que en su familia son todos toledanos y que allí se comen la última sílaba de las palabras. Por eso “todo” se convierte en “to”. Pues bien, aún hay más… la mamá Cuentacuentos tiene su propio vocabulario y utiliza palabras a la juliana (no por la técnica del corte, es porque se llama Julia) y entre ellas está el calabacino. Singular de calabacinos. El padre de la Cuentista lleva toda la vida intentando que quite la “o” y deje a la pobre hortaliza su nombre real, pero no hay forma… Tengo tantas recetas de calabacín que me estoy planteando dedicar todo un mes a esa hortaliza y así lo podremos disfrutar crudo, al horno, a la plancha o en crema… que es mi elección para la entrada de hoy. Todos los que preparan crema de calabacín están en posesión de la mejor crema de calabacín del mundo, nadie la prepara mejor. Y todos utilizan un i

Érase una vez... Alimentos de julio

Érase una vez una escorpena que hacía gala de su nombre y sentía una profunda pena… Su temporada estrella eran los meses de verano. Una noche que nadaba por los mares de China se encontró con un mamonsillo que se había caído de un barco. Hablando un poco de la vida en general nuestra escorpena se enteró de la existencia de una Cuentista que dedicaba un día al mes a los alimentos de temporada. La escorpena se puso escorfeliz al enterarse de que salía en los alimentos del mes de junio, pues era sabedora de que también saldría en julio y en agosto. Muy orgullosa decidió abandonar sus hábitos nocturnos y durante unas semanas se dedicó a nadar y pasear por las aguas de los mares durante el día, dejando un poco las arenas y fondos rocosos en los que solía permanecer oculta a esas horas. Quería acercarse poco a poco al norte de España, a lo mejor con un poco de suerte podría conocer a la Cuentista. Pero la felicidad no duró mucho… un buen día se encontró con un “tibu

Érase una vez... Espaguetis negros con gulas y langostinos.

Érase una vez una Cuentista que vivía en un precioso Reino, con valles y montañas, bosques de hayas y castaños… pero llevaba una temporada sin sentirse absolutamente feliz. Nuestra pequeña Cuentista era una gran amante de los cuentos y las leyendas y siempre estaba atenta a las historias que contaban los habitantes del Reino. Pero llegó el verano, el verano es una época poco propicia para cocinar, meterse en la cocina para preparar platos calientes apetece menos, las vacaciones, las prisas para preparar una “merendera” con un sándwich o una ensalada que se pueda llevar a la playa o a la piscina… Todo ello hacía que nuestra cuentista no pudiera publicar recetas con cuentos. Casi todos los cuentos llevan detrás una receta dulce o una receta “preparada al amor del tiempo”  y aunque tenía muchísimos esperando… no son buenos para el calor, o los ingredientes no son de temporada… Un día al despertar, vio que una de las palomas mensajeras, una muy blanca que se llam