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Mostrando entradas de abril, 2014

Érase una vez... Tortilla de espaguetis

No es bonito sentirse diferente si ello significa sentirnos inseguros. Érase una vez una Cuentista que trabajaba en una óptica, con personas con problemas de audición. Los problemas auditivos generan en la persona que los padece muchas inseguridades, aislamiento y en la mayoría de los casos mal humor. Y malhumorado conocí yo a Mario Caracciolo, probablemente el paciente más optimista que conozco y el que mejor humor tiene. Pero el primer día me engañó. Mario es un italiano que a sus 83 años todavía viste trajes claros, boina ligeramente caída sobre un lado y polos de rayas. La primera vez que nos vimos traía su audífono roto y cuando comenté con él que ese audífono ya era muy antiguo y no tenía reparación se enfadó muchísimo conmigo. Se dio la vuelta y me dijo que para lo que había que oír no quería hacer nada, que la solución era que los demás gritaran más y listo. Y se largó dejándome boquiabierta. Dos hora más tarde me llamó Amalia, su mujer. Amalia es una

Érase una vez... un plato de zapato.

Hoy quiero preparar un plato muy especial, un plato que solo ha necesitado un ingrediente: Una pizca de mi corazón. Hace unas semanas, mientras esperaba en la puerta del cole a que saliera el peque, me acerqué al escaparate de una tienda que me encanta: MANIPULADOS SOLIDARIOS (ya os hablaré de ella y su funcionamiento otro día porque también está unida a la cocina). Tenían un plato precioso del que me enamoré al instante, al bajar la vista pude leer un cartelito en el que ponía: Hecho por disminuidos psíquicos profundos. Y todo yo se convirtió en un pensamiento: Mi tío Luis. Mi tío Luis murió hace dos años, en mi mes: diciembre. El mismo mes que me trajo a mí se lo llevó a él. Era el hermano de mi madre y padecía una deficicencia mental: Oligofrenia. Mis abuelos murieron muy jóvenes por lo que mi madre y mi tía se hicieron cargo de su hermano y adquirieron el compromiso de hacerlo para el resto de sus vidas y así fue. Compartieron toda su vida y la de las familias

Érase una vez... Ensalada de salmón con guacamole.

Érase una vez una Cuentista que hizo una promesa. Prometió una receta para acompañar al guacamole y aquí no está lo prometido, su intención era preparar un delicioso salmón marinado en casa. Pero me he arrepentido. Creo que el salmón se merece una receta propia, no debe quedar como un simple acompañamiento. Debería haber hecho el salmón marinado solito consigo mismo y la ensalada como otro plato, para que pudierais ver cómo queda la pieza de pescado antes de trocearlo para la ensalada. De manera que por primera vez, me voy a convertir en la villana del cuento, en la madrastra gamberra y voy a cambiarlo por un salmón ahumado ya preparadito y comprado envasado. Realmente antes de aprender a marinar en casa, yo preparaba la receta con salmón ahumado porque la textura y el sabor quedan bastante similares. Pero mi parte buena piensa que una promesa incumplida no debe quedar sin castigo, por dos motivos: No poner la receta que quería y dejaros sin cuento. Me impongo un dob

Érase una vez.... Guacamole auténticamente mejicano

Érase una vez un grupo de ilusos amigos que estudiaron juntos la carrera de óptica en Madrid. Con el tiempo unos se fueron a sus ciudades de origen, otros se quedaron trabajando en Madrid y para no perder el contacto, decidieron quedar por lo menos una vez al año, en Semana Santa. La idea era alquilar una casa rural en algún punto intermedio de España y acudir todos allí. Para organizar las compras, las cenas y las comidas,  crearon las que decidieron llamar “JORNADAS GASTRONÓPTICAS”. Por parejas, tríos o lo que fuera… cada grupito se encargaba de preparar una de las comidas al completo, comprar los ingredientes necesarios y cocinarlo para los demás. El primer año fuimos a una casa en Cuenca.  Noe y David se encargaron de preparar la comida del sábado y eligieron como temática la cocina mexicana y nos prepararon un menú delicioso: guacamole, fajitas de pollo y ternera y unos frijoles. En la actualidad siguen viviendo en Madrid, están casados y tienen un par de bichejo

Érase una vez... Galletas de mantequilla y chocolate

Érase una vez una madre Cuentacuentos que tuvo dos hijitos, una hija Cuentista y unos años después un hijo precioso (igualito que la Cuentista ;p) que nació un 14 de abril. Y mira tú por dónde hoy es 14 de abril, hoy es su cumpleaños. FELICIDADES CHIVILLO. TE QUIERO. No siento ningún pudor por escribirlo a los cuatro vientos. Ya podéis imaginar todos, que en la casa de una Cuentacuentos hay muchos libros. Desde muy pequeños los hijitos se acostumbraron a leer, a vivir aventuras entre hobbits, dragones, magos y brujos. Con Bermudillo y Tintín. Cuando crecieron más, empezaron a vivir aventuras también con Indiana Jones, a viajar en el Halcón Milenario hasta la luna de Endor para ver a los ewoks de Star Wars (las de los 70´ ofcors) y más tarde llegaron a los maravillosos y oscuros mundos de Tim Burton. Dentro de los "goticismos" de Tim Burton, Jack Skellinton brilla para nosotros, es posiblemente de los personajes que más encanto tienen para la Cuentista

Érase una vez...Cazón en adobo

Tenía pensado otro par de recetas de temporada para el mes de abril, pero después de leer los comentarios sobre tiburones, compras de pescados y demás muestras de experiencia culinaria, que habéis hecho en la entrada de "Alimentos de abril "...  He optado por utilizar el cazón y guardar las otras recetas para dentro de unas semanas. Érase una vez una mujer conocida como la Cuentista, incomprensible, obsesiva y terca. De vez en cuando se metía algo en su cabeza y no había forma de hacer que entrara en razón. Ya os he comentado que somos toledanos y mi madre tuvo una época en la que preparaba cazón todas las semanas, esa moda se pasó como tantas otras. En casi todas las casas nos da una temporada por preparar una receta y después de un tiempo dejamos de hacerla. El caso es que debe llevar más de 15 años sin prepararlo, pero por lo que sea, el otro día en el trabajo me vino a la cabeza “el cazón adobado”. Uno de mis compañeros conoce a todos los habitantes de

Érase una vez... Alimentos de abril

Bueno, vamos a ver si consigo ir preparando una lista mensual con todo lo que nos podemos encontrar de temporada cada mes. Así tendremos una guía para ir al mercado y comprar bien. Una lista que podremos consultar siempre que queramos. Abril nos trae uno de los mejores meses en variedad de todo el año, pescados de mar, verduras, hortalizas... el apogeo de la primavera nos llena de colores el mercado y las floristerías. Alto. Stop. La floristería estará llena de flores y de PLANTAS AROMÁTICAS. Yo, que soy una valiente (o una ilusa) he decidido llenar mi pequeño balcón de macetereos con aromáticas, en la foto de la entrada podéis apreciar que mi perejil empieza a necesitar una poda, los ramajos largos que salen por arriba son del orégano que tapa la salvia, al tomillo, al tomillo limonero, y a la menta que se medio ve al fondo... tengo el balcón llenooooooo.  Y me encanta.  Cocinar y poder coger una ramita para añadirla a tu plato es una maravilla. Érase una ve

Érase una vez... Vuestros arroces.

Me encanta ésta parte de "Cuentos de sal y pimienta". Me llena de orgullo y satisfacción (; P) que os animéis a preparar las recetas del blog y que me hagáis llegar las fotos. Me está sirviendo para retomar amistades que con el tiempo han ido enfriándose por la distancia y las vidas y para crear otras nuevas. Me hace muchísima ilusión. Hoy toca "colgar" las fotos de los arroces al horno que habéis ido preparando. Todos habéis coincidido en decir que la receta os ha gustado mucho y os ha salido estupenda. Estoy un poco sorprendida porque os ha salido bien a todos y las tortitas, que eran mucho más sencillas, han sido en muchos casos "diferentes". Los que me conocéis sabéis que quiero a mi hermano con absoluta locura. Con las tortitas y la sartén de estrella no tuvo mucho éxito pero con el arroz se ha vengado. Quedó perfecto y rico a la primera. Ha sacado al chef que lleva dentro, aunque tuvo algún contratiempo:      1. No tenía caldo

Érase una vez... Cocido madrileño

¡¡Qué suenen los tambores!! ¡¡Lanzad los petardos!! ¡¡Sirenas a todo meter!! ¡¡Golpead el suelo!! Aprovecharé para susurrar y que no se oiga un detallín sobre mis gustos culinarios: No me gusta el cocido y me espanta su olor. Érase una vez una madre Cuentacuentos con un problema enorme. Tenía una hijita pequeña con una boca para comer más pequeña aún. Esa pequeña hija Cuentista creció, bueno… para ser sinceros y ajustándonos a la realidad, se hizo mayor porque crecer, lo que se dice crecer, no creció mucho. Era tan mala comedora que la madre Cuentacuentos siempre relata la misma historia. “Cuenta la leyenda que siendo bebé la madre se leía novelas enteras mientras intentaba que la hijita tragara la comida. Por lo visto cuando abría la boca para protestar, la madre aprovechaba para meter una cucharada de puré corriendo, pero la pequeña no se lo tragaba, simplemente permanecía con la boca abierta y la cucharada de puré en la boca, sin tragar. Y así podía pasar un tiempo