No sé por donde empezar...bueno sí... por una dedicatoria.
A mi carnicero. Reconozco que compro la carne en varios sitios. El pollo en un puesto del mercado, la ternera en otro, el cerdo...el cerdo... el día que quise hacer este plato me di cuenta de que no comemos casi cerdo, casi nunca compro y por tanto no soy fiel a nadie. Hasta hoy.
Pasé por delante de la carnicería y vi que tenían unas preciosas chuletas de cerdo ibérico ya cortadas y recordé que tenía esta receta en "pendientes". Me acerqué y pedí que me pusiera las 6 más bonitas que viera porque eran para el blog y en lugar de darme las cortadas se fue a la cámara frigorífica y eligió la pieza más bonita. Hizo los precortes... y se fue a la sierra a cortar los huesos... y su dedo casi hasta el tendón. Salió corriendo diciendo:
"No te preocupes, no es nada"
Al día siguiente me acerqué a preguntar qué tal estaba y allí seguía trabajando con la mano vendada y enguantada con una sonrisa de oreja a oreja y bromeando. Por seguir la broma estuvimos comentado que por lo menos esperaba que la receta mereciera la pena y aquí está la respuesta: SÍ.
Queda una carne jugosa, deliciosamente condimentada y se derrite al masticar.
De la despensa:
4 chuletas de cerdo ibérico.
3 cebollas medianas.
2 pimientos verdes medianos.
400 gr. tomate natural triturado.
2 cucharaditas de curry.
150 ml. de vino blanco.
Sal.
Pimienta.
Manos a la obra:
1. Cortar las cebollas y los pimientos en brunoise (cuadraditos).
2. En una sartén 4 cucharadas de aceite, echar las verduras, sal y pochar a fuego medio/alto hasta que la cebolla se ponga un poco dorada. Unos 10 minutos.
3. Añadir el tomate triturado, la pimienta y ajustar el punto de sal. Cocinar a fuego medio 15/20 minutos.
4. Añadir el vino blanco con las cucharaditas de curry y cocinar todo junto 10 minutos más, hasta que veamos que las verduras están hechas.
4. Mientras se termina nuestro curry, salamos las chuletas y las doramos. Una vez doradas las colocamos con la salsa de curry y cocinamos todo junto 5 minutos.