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Érase una vez... Huevos a la escocesa


¡Vamos allá con otra petición de oyentes!

Espero que tengáis tiempo y no estéis leyendo en el móvil, el cuento no es demasiado largo, pero las explicaciones de la receta son para sentarse a tomar el café leyendo tranquilamente….

Érase una vez un reino muy lejano llamado Marbella, allí vive Mayo con sus dos peques. Por esas casualidades que ya sabéis que llenan mis horas voy a relatar lo que ocurrió hace unas semanas entre Mayo, gallinas y huevos.

La Cuentista es una enamorada de la Historia Medieval. Para aquellos que no lo sepan, existen grupos de personas que dedican gran parte de su esfuerzo a recrear una época determinada de la Historia y yo soy una de ellas.

Ya hablaremos otro día de éste tema porque hoy no es importante para nuestro cuento.

De momento solo necesitamos saber que un grupo que se dedica a la Recreación invitó a la Cuentista a la presentación de un documental para Canal Historia (Templarios). Allí coincidió con Eva, una de las recreacionistas que salen en el documental.
Eva acaba de mudarse a una casa con terreno compartido y se estaba planteando preparar un gallinero. 

Durante la conversación la Cuentista comentó y describió el que su padre había construido para sus gallinas en plan “Gran Hotel rústico gallineril”.

Unos días más tarde era el cumpleaños de Mayo, charlando un poco de todo, Mayo comentó que su suegra había preparado un gallinero con un grupo de gallinas. Por lo visto habían salido muy hacendosas y ponían huevos a montones. 

¿A cuántas personas conocéis que tengan gallinero o se lo quieran fabricar?

Pues la Cuentista tampoco y coincidieron tres en una semana. 

Mayo me preguntó si podía hacer una petición de receta para el blog porque necesitaba gastar huevos. Por lo visto su suegra obliga a todos los que entran en su casa a llevarse, como mínimo, una docenita de huevos y no pueden rehusarlos (so pena de muerte para el que lo intenta). Necesitaba una receta con huevos urgentemente.

Y no lo dudé un instante, me encanta ésta receta. Es una de esas que tenía guardadas desde antes de empezar con el blog. En casa hay fiesta cada vez que la preparo, yo os voy a explicar dos recetas distintas,  pero podéis echar imaginación y prepararlo con lo que se os ocurra.

El método clásico consiste en un huevo perfectamente cocido (yema cuajada), con un recubrimiento de salchichas frescas a las que se quita la piel. Todo ello se empana y se fríe.

Pero yo he decidido arriesgarme y plantearos un reto, el método lo he aprendido de uno de los grandes de la cocina actual inglesa, Heston Blumenthal, consiste en dejar la yema sin cuajar. Me parece una manera de prepararlos deliciosa. Reconozco que en mi inmensa soberbia, he tenido el cuajo de cambiar parte de su manera de cocinar para simplificarlo un poquito. He probado y reprobado varias veces y normalmente queda perfecto.

Uno es de salmón marinado y tronquitos de surimi.
Otro es de salchichas rojas.

Para hacerlos con la yema líquida debéis ser meticulosos con las instrucciones, pero merece la pena. Al servir el plato, cuando lo vas a comer, rompes el huevo y la yema baña todo… Una delicia. En casa me hacen la ola cuando los preparo.

De la despensa:
De salchichas rojas:



2 huevos por persona.
3 ó 4 salchichas rojas por huevo. (depende del tamaño de la salchicha que elijáis, pensad que hay que recubrir todo el huevo con una capa de ½ centímetro como mínimo
Pan rallado y huevo para empanar.
Aceite de girasol.

De salmón y surimi:




2 huevos por persona.
100 gr. de salmón ahumado o marinado por huevo.
1 ó 2 palitos de surimi por huevo.
Queso de untar tipo Philapelphia.
Pan rallado y huevo para empanar.
Aceite de girasol.

Manos a la obra:
1. Poner agua a cocer con sal.
2. Cuando rompa a hervir, echar los huevos de uno en uno con cuidado. Yo uso un cucharón de servir espaguetis.
3. Dejar cocer 3 minutos.
4. Sacar los huevos con el cucharón y echarlos en agua fría para romper la cocción.
5. Pelar los huevos y reservar.
6. Colocar en un papel film el recubrimiento que hayamos elegido, colocar el huevo en el centro y envolver con el papel film para que todo el huevo quede cubierto.
7. Quitar el papel con cuidado.
8. Pasar por huevo batido y pan rallado.
9. Si tenéis freidora... perfecto. Freír.
10. Para los que no tienen (como yo)... poner en un cazo aceite de girasol suficiente para que cubra todo el huevo, cuando esté bien caliente echar un huevo o dos (los que quepan) y freir unos 3 minutos, conviene ir moviendo el huevo para que no se queme la parte que toca el fondo del cazo.

Para los recubrimientos:
Recubrimiento de salchichas rojas:
1. Quitar la tripa a las salchichas.
2. Envolver los huevos y empanar.

Recubrimiento de salmón y surimi:
1. Picar el salmón muy fino.
2. Picar el surimi en trocitos pequeños.
3. Mezclar todo con el queso de untar hasta que quede una pasta homogénea.
4. Envolver los huevos y dejarlo enfriar en el frigorífico unos minutos para que se endurezca y se maneje mejor. Empanar.

Moraleja: Espero de verdad que a éstas alturas todavía os mantengáis despiertos y que os haya quedado algo claro, he perdido la cuenta de la cantidad de veces que la he leído y reescrito.
Es una buena receta para cenas con amigos, porque se puede tener preparado todo y freír a la hora de comer.

Y colorín, colorado... ésta receta se ha acabado. (POR FIN)

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