"Pica en la lengua mami".
Esas fueron las palabras que dijo el hijo de la Cuentista el día que el agua de tomate tocó su lengua por primera vez.
"Son las segundas mami".
Esas fueron las palabras que dijo el hijo de la Cuentista unos días después cuando colocó por orden de preferencias sus platos favoritos. Que son, en estricto orden de mejor a menos mejor:
Un plato de patatas fritas.
El agua de tomate.
Una bolsa de "fantasmicos".
Alguna vez nuestra Cuentista ha comentado lo absurdamente terca y cabezota que es.
Pues bien, el agua de tomate es una de las recetas que más quebrantos le ha costado, ha tenido que tirar de Pablo, Seoane y de todas las personas que conoce que tienen mucha conexión con la física y los experimentos. Y lo peor de todo es que se ha tenido que rendir. Ha conseguido hacer la receta de una manera fácil… pero no es la que quería.
Con el cambio hemos ganado todos, pero su tozudez y orgullo han perdido.
La primera vez que supo de la existencia de esta receta fue a través de los gemelos Torres y su curiosidad cocineril hizo que buscara medios para conseguir que saliera perfecta y de una manera fácil.
El agua de tomate es un jugo que se separa del zumo y de la pulpa de los tomates triturados. Contra todo pronóstico no es de color rojo, tiene un color parecido al cava, debe quedar transparente y sin turbiedades si está bien hecho.
Por algún motivo que nuestra Cuentista desconoce, este líquido tiene toda la potencia del sabor del tomate a lo grande, servido muy frío es un espectáculo para los sentidos.
Me siento absolutamente orgullosa de la cara que han puesto todos los que han probado la receta que traigo hoy. Algo tan sencillo como una sopa fría, casi incolora, con unos cuantos tomates sueltos consigue sorprender a todos los que la prueban.
Traigo una receta pija, elegante y fina…. He pelado los tomates cherry , los he vaciado y he preparado un relleno con cinco tipos distintos de aceitunas y si pones este plato en una cena dejas “pasmao” al más “pintao”.
De la despensa (para el agua de tomate):
(Para que quede ½ litro)
1 kilo de tomates.
½ cucharada de sal.
Manos a la obra:
1. Lavar los tomates.
2. Poner en un recipiente grande los tomates troceados (sin pelar) y la sal. Batir.
3. Pasar por un chino o un colador.
4. Colocar una tela en el colador e ir echando el batido de tomate, irá cayendo el agua sola. El zumo de tomate irá taponando la tela, por lo que cuando veáis que deja de caer el líquido
tendréis que quitarlo, enjuagarlo y continuar con el proceso.
La pulpa que va quedando en la tela es una crema de tomate limpia, sin pieles ni semillas, ir echándola en un bote y guardarla para sofritos, quedan deliciosos.
En lugar de tela se puede usar papel de cocina, pero lo tendréis que cambiar varias veces, yo he calculado siete u ocho, pero es muy limpio y se trabaja menos.
Receta de sopa de tomate con aceitunas rellenas.
De la despensa:
Agua de tomate.
6 ó 7 tomates cherry por persona.
1 bote de aceitunas rellenas de anchoa pequeño.
5 ó 6 aceitunas de tres variedades que queráis (kimbos, manzanilla, negra, camporreal…)
Aceite.
Manos a la obra:
1. Escurrir las aceitunas rellenas de anchoa y TODO el líquido del bote echarlo en el agua de tomate. Este paso es fundamental.
2. Picar todas las aceitunas (deshuesadas) y reservar.
3. Cortar la base de los tomates cherry. Pelarlos y vaciarlos con la punta de un cuchillo. No importa que quede carne (del tomate) dentro.
3. Cortar la base de los tomates cherry. Pelarlos y vaciarlos con la punta de un cuchillo. No importa que quede carne (del tomate) dentro.
4. Rellenar los tomates con el picado de aceitunas.
5. Echar en un plato el agua de tomate, echar un chorrito de aceite y mezclar.
6. Colocar los tomates con la base hacia abajo para que no se caigan y para que no se vea el relleno.
7. Comer MUY FRÍO. Y disfrutad muchísimo.
Moraleja: Hay que probar la receta así, pero yo para el día a día… no relleno los tomates, ni los pelo. Preparo el agua con el líquido de las aceitunas (fundamental el agua de aceitunas), echo el aceite y tomates cherry cortados por la mitad. Delicioso y sencillo.
Sin más. Las aceitunas me las como mientras cocino con una cervecita fresca.
El agua de tomate se puede preparar y congelar en botes individuales para tener siempre en el congelador.
El sabor cambia muchísimo con la temperatura, por eso insisto tanto en servir muy frío.